miércoles, 28 de julio de 2010

Vecinos

“Existe una clave para entender mi vida y tiene que ver con dos intentos infructuosos que nos relacionan. El primero es el intento de captar su atención. El segundo es el intento de no ser igual a él.” H. G.

Si le preguntarás a mi abuelo acerca de la causa de su muerte… si te murieras, te fueras al infierno (o al cielo, para el caso), y le preguntaras a mi abuelo por qué se murió, él te diría que se murió por culpa de unos vecinos de arriba. Eso lo mato. Los vecinos ¿Por qué? Bueno porque los vecinos hacían ruido, mucho ruido. Eso le generó una infección en el oído, eso una ceguera, eso le impidió volver a leer, eso le impidió vivir sólo, eso lo hizo volver a la casa de mi abuela. Eso lo mató. Los vecinos de arriba eran una pareja joven, una pareja de negros, de patas sucias, que tenían dos hijos: uno de diez y otra nena chiquita. Estos negros eran gritones y ruidosos, horribles, el padre era violento y maltrataba a mi abuelo de 83 años cuando él iba a quejarse, un día lo amenazó con fajarlo. Como si esto no fuera suficiente, dejaban a los dos nenes solos, encerrados, y ellos jugaban tirando almohadones y haciendo MUCHO ruido, MUCHO tiempo. La casa de mi abuelo se convirtió en un lugar imposible por el ruido. Eso lo mató. No pudo leer nunca más mi abuelo, por el ruido de ésos. No te creas que este motivo es pequeño, desde joven mi abuelo hizo lo indecible para poder escribir: primero intentó trabajar en las oficinas de la universidad pero las secretarias lo molestaban, luego se mudo a su casa, pero ahí, su esposa lo molestaba. Luego compró el departamento de enfrente del de su esposa, pero sus hijas pequeñas lo jodían, hacían ruido todo el tiempo y no había forma de hacerles entender que… Por suerte, sus hijas se hicieron grandes y se fueron del país. Así, él pudo comprar un departamento en otro lugar bien alejado pero un día… un día llegaron los negros y lo mataron.

Hace poco me mudé a un departamento, es un lugar lindo y bastante íntimo, está a buen precio y bien ubicado. Enfrente viven mis vecinos, una pareja más o menos joven con tres hijos: uno de dieciocho, un nene de doce y una nena chiquitita. Yo no los veo mucho pero los escucho siempre porque son muy ruidosos. Se gritan todo el tiempo, golpean puertas, se ríen fuerte, se tiran cosas: se enojan y se amigan. El de dieciocho escucha reggaetón a todo volumen: sus parlantes saturan en mi cuarto y hacen vibrar mis vidrios. El reggaetón suena por la radio que, no agarra bien, entonces, cuando los parlantes saturan en el vidrio, también está la fritanga de la radio que lo hace todo peor. El nenito no habla pero patea la pelota contra una pared, una pared que también es mía. La madre grita con odio, los odia. Al de dieciocho le dice que es un vago de mierda, que se vaya de su casa, que es un infeliz, que no lo quiere cerca de sus otros hijos y que pronto lo va a echar de su casa, cuando hace esto, golpea las puertas con más fuerza de lo normal, a veces grita tan fuerte que el llanto se le cuela, así es el odio que contiene. Al nenito no le dice nada porque el nenito no habla. El padre no está nunca, yo entiendo bien por qué. También hay un artefacto que, deduzco, lo han comprado en un chino: es una especie de canario de plástico que hace ruido cada vez que lo mueven. No creo que funcione a pilas porque sino ya se hubiera gastado, el canario no para. Los golpes de puerta lo activan, los gritos altos lo activan, los raspones lo activan, la mierda lo activa. El canario no para de expresar el odio de la casa a partir de su pio agudo y lo hace estridentemente. La nenita llora muy muy muy muy muy fuerte. Con muchas ganas, como hay que llorar. La nenita llora cuando no la dejan jugar, llora cuando la retan, llora cuando se pelean, llora cuando no la dejan participar, cuando no le dejan ver la tele, llora cuando no la dejan dormir, llora cuando no va al zoológico, llora cuando el padre la reta, cuando la madre la reta, cuando el nene le pega, cuando el de dieciocho la insulta, cuando la ignora. Pero después, cuando todos están bien, cuando ven tele, la nena llora. Yo no sé cómo hace, pero llora en intervalos no mucho más largos que los de cinco minutos. Cuando estoy en mi cama y quiero leer, cuando intento escribir esto, la nena llora y yo los odio. Quiero ir enfrente, tocar la puerta y gritarles que me dejen en paz. Lo hice una vez, sí, pero es una fuerza imparable. Y es entendible, es su forma de vivir, es como si yo te pidiera que dejes de respirar. Dejá de golpear la puerta, idiota. No, yo no me puedo meter en sus vidas y decirles cómo deben vivirlas, no me corresponde, sería violarlos. Violarlos como me violan a mí, como me violan todos los días, con sus insultos, golpes de puerta y llantos. Cuando quiero dormir, porque me siento mal, porque soy un fracasado que no puedo escribir, me violan, me meten su pija inmunda en la oreja. Yo logré este santuario, este lugar, donde puse todo mi dinero y trabajo, tengo mis libros, mi computadora, mi tele y mi música, acá es donde leo, duermo, intento escribir, donde intento hacerme a mí mismo, en soledad, en un lugar intocado, virgen. Pero después ellos nos violan, impunes, nos hacen salir sangre. Porque las orejas no se pueden cerrar, las orejas están abiertas, HAY que escuchar, y así, recibir la mierda de otros, llenarse de pus ajena. Qué inmundicia. Así que cuando la nenita llora, fantaseo con tomarla de su manito y llevarla a mi baño con alguna excusa. La bañadera está llena, con agua helada, en un día bien frío, bien de invierno y ni bien llore quiero someterla por el pescuezo y ahogarla. No quiero matarla, no. Quiero que trague agua, quiero que le llegue a sus pulmoncitos y los pudra por dentro. Así no llora nunca más. Quiero ahogarla justo cuando esté llorando porque quiero callarla así, con mucha mucha violencia. Quiero ahogarla a ella -desahogarme yo- por lo que me hacen todos los días, por lo que me hicieron, por lo que me van a hacer…

Yo sé que no está bien pensar así de esta gente, sobre todo si son de tu propia familia.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Los simuladores

Observo con un poco de desazón que este blog está lleno de promesas de un futuro mejor que, a esta altura, resultan un poco cuestionables.
Mi blog es como la vida misma.

martes, 22 de septiembre de 2009

Nuevo explicita

Hey, agregué un nuevo explicita de J. a continuación del primero. El blog parece que se muere pero no... ya van a ver...

miércoles, 19 de agosto de 2009

El yo

El blog es la exacerbación del narrador en primera persona. Ya está, lo dije.

sábado, 20 de junio de 2009

Sasha Grey II

Por algún motivo que aun no puedo determinar, Sasha Grey me puso a reflexionar sobre si la pornografía es arte o no.

La pornografía es arte. O eso es lo que me gustaría sostener; mi problema es que aun no formo ningún argumento sólido.

La razón es que no sé bien qué es arte. O mejor dicho, luego de pensar en la pornografía como arte, la definición que uso -o usaba- me quedó chica. A no malinterpretar, no es que mi definición no incluya a la pornografía como arte sino que una vez que la incluye siento que debería ser más restrictiva.

La definición de arte que acepto hace ya unos años es: aquello que resume las distintas maneras de hacer algo.

El problema es que esta definición es muy inclusiva. Así, las distintas maneras de hacer un auto en una fábrica es arte, la distintas formas de cagar es arte, las distintas formas de romperse una rodilla son arte y así.

El punto es que ahora quiero decir que el arte es eso anterior más aquello que produce goce estético o al menos tiene la intención de provocarlo.

Dicho esto es importante preguntarse si la pornografía tiene intención de provocar goce estético. Aun así, no estoy convencido que este agregado sea lógico (o mejor, útil) y como no me dedico a la estética prefiero dejar este tema tal cual está.

Esto no me impide hablar de Sasha.

Sasha es linda y pretenciosa. Su nombre -Grey- viene de la novela de Wilde y se dice así misma deudora intelectual de Godard, de los existencialistas y de Bowie. Esto es raro porque Sasha es actriz porno; no digo que sea imposible, simplemente digo que no es algo común en el ambiente. Uno se ilusiona con Sasha por varias cosas. Empiezo por la más importante. Sasha hace cosas que pocas actrices porno del momento hacen. Traga semen sin cara de asco, entrega el culo cuando se lo piden y hace face-fuck (de hecho, es esta es su marca distintiva). Luego, Sasha tiene una cara preciosa y habla bastante bien, su página de internet es súper linda y está escrita por lo que parece ser su propia letra, esto me gusta mucho; recomiendo mucho su página aunque es cierto que no se puede ver mucho si no se paga (cosa que no hago). En algún momento tuve el deseo de que Sasha fuera inteligente o, más bien, sofisticada; si lo fuera, yo me enamoraría de ella. Estuve investigando al respecto, decidiendo si me iba a enamorar y encontré unos clips donde ella habla sobre distintos temas (sexo interracial, el gusto del semen, etc.) lo cierto es que Sasha no me resulta muy inteligente (mejor decir sofisticada) pero es cierto que Sasha tiene 21 o 22 años, y es cierto que yo a su edad era más estúpido (no menos sofisticado pero, sí, sofisticado idiota) ¿Debo enamorarme platonicamente de una chica que no es muy inteligente? Sí, debo. Pero creo que no estoy enamorado, y por eso siento un pesar.

Pero ojo con esto: Sasha es valiente; muy valiente. Y esa es mi característica favorita en una persona: Si buscan en youtube ven una entrevista que le hicieron a S. en el programa de la siempre vacía Tyra Banks. Sasha defiende su profesión mientras toda la producción la trata de puta. La entrevista es severamente editada (tanto que se puede leer a Sasha en otra página diciendo al respecto de la entrevista "editar es mentir. Godard.") y evidentemente, la producción no le da tiempo a S. de increpar a la bella Tyra y comparar profesiones: modelo y actriz porno; menos mal.

Los argumentos de media tarde resuman todos en lo siguiente: el hecho pornográfico es un hecho machista. Lo que está detrás de este argumento -por supuesto- no es eso, no es una cruzada feminista (más sobre esto abajo). Mi reducción al absurdo: el mundo pornográfico es machista por lo tanto, las mujeres son discriminadas en él. Hecho: El ambiente laboral pornográfico es aquel donde la mujer tiene el salario más alto con respecto al salario del macho (en concordancia, !oh casualidad Tyra!, con el ambiente de la moda). Las mujeres en la pornografía SON las estrellas.

Ahora bien, lo que es cierto es que la temática de la pornografía es para machos: fellatio - coito - eyaculación en cara. No creo que esto sea imposible de cambiar pero la verdad es que la mujer no es una gran consumidora de pornografía y por eso la temática no cambia. Lo que hay que pedir, entonces, es que la mujer empiece a ver más porno, si lo hace, prometo que cambia. De hecho, ya es hora de que los hombres aprendamos algo valioso de la pornografía.

Lo que realmente motiva la argumentación anti-porno (lo que está detrás) es que es un hecho asqueroso, ni siquiera denigrante, asqueroso. Esta motivación es realmente idiota y no sirve ni para argumentar en la cancha. Sería lindo, igual, que cuando se ataque a las actrices porno, sus argumentos no tiendan, sí, a denigrarlas, a tratarlas como si fueran inferiores, o poco responsables, o poco inteligentes o, en fin, poco respetables. Esa sí es una argumentación machista que ataca a las mujeres y viniendo de quién viene, da bronca.

Por suerte está la valiente Sasha.

miércoles, 3 de junio de 2009

Beirut

1- Alguien hace un tiempo me dice que Europa está vieja, me dice que los jovenes no tienen ganas de vivir, que se drogan en la calle, que europa es decadente. Me sorprende. Me sorprende porque es una antigua crítica americana (leáse Ariel) a la europa. Y como la crítica no viene de alguien ilustrado, la tomo en serio. 2- Llego a Europa. Todo es efervescencia y alegría. Hay drogas, claro, pero las ven como diversión, son gente adulta. Hay fiesta. Además, hay muchos idiomas, hay mucha gente distinta. No hay viejos ahí. 3- Escucho Beirut. Es lo mejor que escuché en muchísimo tiempo. Muchísimo. Es un collage de sonidos, sonidos cortados y pegados. El sonido tiene música balcánica, tiene acordeón, tiene cosa circense, tiene chanson, tiene mucha profundidad y dramatismo. Hay melodía. Es pop. Hay grandes melodías. Es lo que debería hacer Tom Yorke y no le sale: Pastiche de sonidos con melodías. Pero no le sale. A Beirut le sale. 4- Beirut toca en las calles de Europa. Debe ser porque Zach Condon (23 años, estadounidense) ha vivido ahí, en Francia, y se ha fascinado, igual que todos los parisinos, con la música balcánica. Además ha querido aprender portugués, ha puesto pastiches de diálogos en francés, nombres de canciones en español. Etcéteras. 5- Europa esta viva.

lunes, 16 de febrero de 2009

Escritorio

Hace meses que he decidido darle a este blog la continuidad que una vez tuvo. Pero bueno, no funciona. No funciona porque la estructura que pensé en un principio y que mantuve durante el tiempo más prolífico del blog, cambio luego de un cuento que escribí y que posteé. Durante todo este tiempo he escrito cuentos inconclusos para postear que luego, al no ser publicados, generaron un vacío en este blog, que tiene un diseño tan feo. Sin embargo, voy a terminar de escribir cada uno de estos cuentos, no pregunten por qué, pero pienso que estoy haciendo las cosas como para que todo salga bien. Cada vez me siento mejor, y más fuerte, y pienso, como ya dejé dicho, que lo único necesario para escribir es sentirse fuerte. Ahora bien, los cuentos no se terminan ahora, aunque no lo crean, hay cuestiones técnicas que me detienen. Suena a excusa. Pero yo me la creo. Como igual tengo ganas de escribir se me ocurrió una idea buena. Es sobre Lennon. Es sobre Dylan. Es sobre Mí. Es sobre ellas. Prometo escribir esta semana.

viernes, 30 de enero de 2009

Bob Dylan

Ella esta acá y yo estoy allá pero yo quiero saber si -sabe- como una mujer y quiero saber si hace el amor como una mujer pero, no, no quiero saber si duele como una mujer. Por favor.

sábado, 17 de enero de 2009

Mi amigo

Hace dos días me di cuenta que soy amigo de Diego Frenkel y ahora recuerdo lo que hablamos, lo que le dije: que sentía frío por las noches de calor que hace un tiempo creía que era imposible estar bien en soledad que la cama fría en la noche tibía un día me iba a matar y que luego pasé un tiempo de lunas ebrias y noches de placer y que ahora estoy descansando -luego- sonrío y le digo "vos sabés" que nada es mejor, nada es igual el tiempo es amigo si estás donde tás

viernes, 19 de diciembre de 2008

Explicita II y III

II
Llego tarde a tomar examen. El día está lluvioso y había mucho tráfico. Hay mucha gente esperando el ascensor así que subo por las escaleras, hasta el séptimo piso. “No pasa nada”, me digo, “tengo entrenamiento”. Subo apurada. En el tercer piso, ya estoy agitada. En el quinto, siento que ya no puedo más, pero me faltan dos. Llego al séptimo a punto de morirme. Hay dos chicos fumando en el descanso. Paso entre ellos y uno me dice: “Cansada ¿no?”. Con el poco aliento que tengo, le digo que sí y le sonrío. Es un pendejo muy bonito. Entre 18 y 22 años. Más de 18 tiene seguro, de otra forma, no estaría en la Universidad. Y más de 22 no tiene ni en pedo. Flaquito. Rubio. Media cabeza más alto que yo. El pelo, desprolijamente peinado. La camisa, afuera del pantalón. Zapatillas negras. Jeans azules. Pulóver verde. Entro al aula. Hay dos alumnas y tres alumnos para rendir final. Reparto las hojas. A los 40 minutos, me las devuelven escritas. Les digo que esperen afuera mientras corrijo. Apruebo a todos. Son las diez menos diez de la noche. Subo a la Secretaría para entregar las notas, pero ya está cerrada. “Maldición. Ahora voy a tener que volver mañana”. Cruzo el pasillo para ir al baño. Se abre la puerta de la escalera y aparece el mismo pendejo de antes, el del pulóver verde. “¿Y profe, ya se va?”. “Sí, ya me voy, pero antes voy al baño”. Y no sé de dónde saco el coraje, pero le digo: “¿Venís?”. El pendejo me mira sorprendido. No sabe si le estoy hablando en serio o en broma. Le da una última pitada al cigarrillo y lo tira. Me sigue. Yo miro la puerta del baño y me sonrío. No puedo creer que me esté siguiendo. Empujo la puerta. El pendejo entra. Es tarde y ya no queda nadie, pero para evitar sorpresas, lo apoyo a él de espalda contra la puerta. Le beso la boca. Primero, nos besamos tímidamente. Después, cada vez con más furia. Besa muy bien. Me agarra de la cola y me empuja contra su cuerpo. Apoya mi concha sobre su pija que ya está parada y muy dura. Meto mis manos por abajo de su camisa. Es muy flaco. Siento los huesos de su cadera y sus costillas. Es muy blanco. Meto mis dedos entre su pelo. Lo despeino más todavía. Todo revuelto. Pendejo hermoso. Me sigue besando. Me come la boca. Me suelta la cola y mete sus manos por abajo de mi polera. Me desabrocha el corpiño y me empieza a tocar las tetas. Las acaricia despacio. Yo aprieto mi cuerpo contra el suyo para sentir su pija bien parada. Le saco el pulóver y le desabrocho la camisa. Él me saca la polera. Le apoyo las tetas en su pecho casi lampiño y lo beso con ganas. Se agacha un poco y empieza a chupármelas. Busco la hebilla de su cinturón y la desabrocho. Le desabrocho el botón del pantalón y le bajo el cierre. Meto mi mano en su calzoncillo y le agarro la pija. Qué pija hermosa, nene, tan tibia y suavecita. Empiezo a masturbarlo. Con dos dedos le acaricio la punta de la pija. Gime mientras me sigue chupando. Me desabrocha el pantalón y baja el cierre. Mete su mano y comprueba que tengo la concha muy mojada. Me acaricia despacio, en círculos. Desliza su mano un poco más abajo y me mete un dedo. Me hace gemir. Pendejo divino. Le subo la cara y lo beso. Podría acabar así, pero no quiero. Tengo otros planes. Le suelto la pija y le saco la mano de mi concha. Me arrodillo frente a él y lo miro. Le empiezo a besar la pija con besos chiquitos. Le paso la lengua como si fuera un helado. Él me mira. Cierra los ojos. Vuelve a abrirlos. Lo masturbo con la mano mientras apoyo la punta de su pija en mi boca. Y después la trago toda. Se la como. Se la chupo bien chupada. El pendejo gime. Tiene la espalda contra la puerta. Las manos abiertas. La cabeza hacia atrás. Experimenta con todo su cuerpo el placer que siente en un solo órgano. Lo miro. Saco su pija de mi boca. Vuelvo a masturbarlo. Despacio. Lento. Lo dejo descansar un rato. Le doy besitos. Meto sólo la punta. Me mira. Quiere más. El pendejo quiere más. Quiere acabar. Se muere de ganas de acabar. Ya no resiste. Empiezo a chupársela. Acelero el ritmo de a poco. Al mismo tiempo, empiezo a tocarme. Quiero acabar con él. Con sus gemidos de fondo. Con su pija en mi boca. Cierra los ojos e inclina la cabeza de nuevo hacia atrás. Sus gemidos son cada vez más fuertes, hasta que uno se hace más prolongado y siento el sabor de su leche en mi garganta. Mientras lo sigo chupando, acabo yo. Dame toda tu leche, nene, que no te quede nada. Acabá bien acabado. Cuando deja de gemir y su cuerpo se distiende, saco su pija de mi boca y me levanto. Me lavo las manos y tomo un poco de agua. Miro al pendejo por el espejo del baño. Está abrochándose la camisa, todavía con la pija dura afuera. Sí, es lindo. Cuando tenga 27, va a ser un infierno. Me abrocho el corpiño y busco mi polera. - ¿En qué año estás? - Primero. - ¿Tenés 18? - No, 19. Estuve un año sin hacer nada. No me decidía por qué carrera seguir. - ¿Y cuál elegiste? - Ciencias políticas. - Ah… Menos mal que no podés ser mi alumno. - Voy a serlo el año que viene. Mi carrera tiene su materia como optativa. - ¿Y no podés optar por otra? - Es que la suya me gusta… - Pero hay muchos profesores que la dan… - Pero su horario es el único que me queda bien… No se preocupe. Soy muy estudioso. Siempre me saco diez. No va a tener problemas conmigo. - OK. Te creo… Hagamos así: yo salgo primero y me fijo que no haya nadie. Después, salís vos. - Está bien. Salgo y no hay nadie. Sale el pendejo, con el pelo más revuelto y la piel más blanca. - Vos bajá por el ascensor. Yo bajo por las escaleras. Que tengas buenas vacaciones. - Igualmente. Llego a planta baja. No queda nadie. Sólo una persona de vigilancia. Salgo a la calle. Doblo en la esquina y agarro por la avenida. Veo al pendejo caminando varios metros adelante. Fuma un cigarrillo. No debería fumar. Le va a hacer mal. Cruzo la avenida para tomar el colectivo y pierdo de vista al pendejo. No puedo creer que lo vaya a tener de alumno. Soy una boluda. Llega el colectivo. Está casi vacío. Me siento atrás de todo. Pienso en lo que acaba de pasar y no puedo evitar sonreírme. Los pendejos atrevidos me encantan. Y si van a ser mis alumnos, mucho más. Julieta Eme
III

Explícita III

Llegaste puntual. Tenemos escasa hora y media. Empezamos en el sillón pero ahora estamos en la cama. Vos estás acostado boca arriba y yo estoy sentada sobre tus muslos. Te agarro la pija con la mano y te masturbo despacio. Me encanta tenerla en la mano y sentir cómo las venas se llenan de sangre y la ponen cada vez más dura y más parada. Me deslizo hacia abajo sobre tus piernas y sin dejar de masturbarte apoyo mi boca sobre tu pija. Meto apenas la punta, hasta que la meto toda y mi boca reemplaza los movimientos de mi mano. Te escucho gemir. La saco y froto sólo los labios. La vuelvo a meter. Te la chupo despacio y después más rápido. Te dejo descansar. La vuelvo a tomar con mi mano. Con el índice y el pulgar te acaricio la punta. Vuelvo a chuparla. Tus gemidos me encantan. Y los valoro más todavía porque sé que durante el sexo no sos muy expresivo ni te gusta hablar. Una pena. Ahora me deslizo hacia arriba y acerco mis tetas a tu boca, para que las chupes. Me las chupas muy bien. O mejor, me las chupas de la forma exacta en la que me vuelve loca. Estoy muy mojada y muy caliente. Vuelvo a bajar a tu pija. Esta vez te la chupo bien fuerte. Te la trago toda. La meto hasta el fondo. Subo y me acerco a tu oído. “Meteme la pija”. Pero vos tenés otros planes. “Acabemos así, como estamos ahora”. Y seguís, para convencerme: “Me encanta cómo me la chupás. Y me encanta verte con la pija en la mano”. Tus halagos funcionan. Me siento de nuevo sobre tus muslos y te agarro la pija. Te masturbo muy despacio. Es el tramo final y voy a hacer que dure. Froto tu pija en mi concha mojada. Vista así, de arriba, tu pija parece casi mía. Es como si me la prestaras por un rato. O mejor, es como si la compartiéramos. Escucho tus gemidos y te veo arquear la espalda. Quiero acabar. Me masturbo un poco y acabo. Tu pija está muy dura y muy hinchada. Me acaricias las piernas. Gemís. Volvés a arquear la espalda. Tenés los ojos cerrados. Estás aguantando todo lo que podés. Yo no dejo de mirar tu pija que es casi como mía. Mi sexo está pegado al tuyo y de arriba parece como si estuviera masturbándome por segunda vez. Me dejás hacer lo que yo quiero. Ya no te doy descanso. Te masturbo fuerte y rápido. Tu respiración se agita. Tenés tus manos en mis muslos, que están al costado de tu cadera. Me agarrás con fuerza. Estás a punto de llegar. Yo estoy gimiendo también. Los últimos segundos, antes de sentir tu leche caliente en mi mano, son intensos y desaforados. Te sigo masturbando un rato más todavía, con la mano lubricada con tu leche, hasta sacártela toda. Me deslizo hacia abajo y froto mis tetas en tu pija mojada. Subo un poco y las paso por tu pecho. Finalmente, me acuesto a tu lado. Sería maravilloso si pudiéramos quedarnos dormidos así. Pero tengo que salir. Te lo dije antes de que vinieras. Me doy una ducha lo más rápido que puedo. Salimos a la calle. Vos me decís que tenés hambre y que vas a ir a la Continental. Nos despedimos en la esquina. Veinte metros más adelante, me subo al primer 26 que pasa, para ir al barrio de Almagro, a ver una película sobre dos varones que descubren que están enamorados.

Julieta Eme

lunes, 15 de diciembre de 2008

Salir del placard

Hace un tiempo relativamente largo empecé a perder pruritos en mis gustos artísticos o, mejor, en mis discursos acerca del arte. Cuando era un adolescente (!) detestaba a Andrés Calamaro, lo veía comercial. Recuerdo que un día, en una casa poco comercial (por su barrio, sobre todo) tocaba en la guitarra un tema de Calamaro, no recuerdo cual. Lo hacía porque eran acordes fáciles y nunca fui un virtuoso de la guitarra -ni virtuoso ni...- En eso, un sujeto que solía vagar por la casa que era extremadamente simpático y, por lo tanto, extremadamente inocente para mi corrosivo gusto teenager, entró en mi habitación -cosa que yo odiaba- y comentó, con su sonrisa eterna y su bondad insoportable,que adoraba Calamaro. No voy a olvidar el rechazo que me provocó el asunto y cómo, rápidamente, aclaré que tocaba el tema sólo porque estaba practicando. Sólo un pelotudo-inocente-pocoprofundo-pocomelómano podía adorar a Calamaro. El punto es que ya hace un año y pico que, de vez en cuando, escucho a Calamaro. Y siempre que escucho letras de él que me gustan pienso en el dicho que me han repetido tanto: el tango es una enfermedad que agarra después de los 30. El dicho no me gusta y no se aplica a mi caso -y por lo tanto, es falso- A mi me gusta el tango desde los 24. Pero entiendo que Calamaro no me podría haber gustado antes de los 26. Un motivo es que casi todas sus canciones son acerca de la vida de mierda que lleva. Otro motivo es que es un despojado total artístico: escribe-escupe y luego larga, sin filtros. Esto último es, lo admito, de lo que más me seduce de su trabajo. Dicho esto, nunca había escuchado un disco completo de C. Hasta que hace bastante poco me bajé "La lengua popular". Lo recomiendo a todos aquellos que estén saliendo de alguna, y, quizá, a algunos que estén entrando en alguna otra. No se los recomiendo a los del medio. Las melodías son, como siempre, bastante pegadizas y la cadencia es monótona, como siempre, la razón es que Calamaro rima muy simple, y nunca cambia su mecánica. En esto -por qué no blasfemar- recuerda al viejo Bob. Las letras, en cambio, son una especie de quiebre. Hay una alegría que suena bastante sincera, sobre todo porque es medio eufórica, medio prepotente - que vengo liviano como la espuma de las orillas, a contramano de la resaca del carnaval, mi sentimiento va a durar, el fuego no me va a quemar- Esto sumado a que tiene el tupé de decir que le falta mucho para irse a "arriba" como si ya no tuviera pensamientos suicidas, confirma mi hipótesis -perdón, la corrobora. Calamaro realmente pega buenas frases. Varias me han llegado por otra gente: tengo abierto el minibar, y cerrado el corazón,una; hay un deseo que pido siempre que pasa un tren, otra. Lo interesante es que no le tiene miedo a las imágenes más insoportablemente populares y trilladas. Su truco es ser feroz en las comparaciones. Como si no le importara nada. Por eso hay alguna canción del disco que no trago por ser exasperantemente melosa y cursi. Pero son las reglas de su juego: no hay filtro. La falta de tapón lo hace sincero, poco negociador, anárquico, en vez de cursi. Al fin y al cabo un tipo, así de cursi, nunca pondría algo como mientras muerdo un limón de un gin tonic usado... en tu cadera ¿Qué personaje cursi asociaría un limón deshecho con la cadera de una mujer? Sólo uno que, por postura, pretende cagarse en el romanticismo o bien uno que está de vuelta de todo. Me juego por la segunda aunque parezca que idealizo.
FIN
Pd: ¿Será que lo que me seduce de él es su total falta de arraigo y el dolor que esto le conlleva? Relacionar a Calamaro con el tango es profano pero...

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Walk On

Desde que tengo mas o menos diez años me es muy importante encontrarle una banda sonora a mi vida. Creo que mucha de la gente que conozco lo hace de manera inconsciente pero en mí es casi vehemente. Mientras la busco, mi vida se siente extraña como, perdón, una película sin banda sonora y todos sabemos que hasta las películas mudas tenían banda sonora. Cuando encuentro la banda sonora de mi vida lloro, lloro mucho, es como si mi vida se hiciera interesante de repente, como si todo encajara. Hay veces que tardo mucho en encontrarla y cuando pasa esto es como si no pudiera avanzar al próximo acto, a veces me quedo cuatro, cinco años en el mismo acto: es tan feo, tan... Lo obvio sería, entonces, que mi día a día fuera una búsqueda frenética de la banda sonora, pero no. No funciona así. Si la busco a propósito, el truco no sale -tiene que haber magia- tengo que encontrarme llorando, de repente. Hace un mes encontré mi banda sonora. Era tan fácil: fotos en un aeropuerto y canciones de amor, hasta un tonto se hubiera dado cuenta, Bono cantándote como si te conociera, como si te amara. Es cierto que había escuchado el disco ocho años atrás -uno de mis peores viajes- en un momento del que todavía llevo la herida, pero lo dejé pasar. "Bravery" eso dice mi nuevo cuaderno azul. Y Bono me habla y me dice que el amor no es lo fácil. Y que todo el equipaje que puedo traerme es el de aquello que no puedo dejar atrás. Pero yo puedo dejar todo, todo. Por eso prefiero que diga, the only baggage that you can claim is all that you can't leave behind. Porque sí, creo que algún día volveré a buscarlo -volveré a buscarte- Pero ahora no hay que volver. Ahora tengo que irme. I'll walk on --- need to stay safe tonight. Y juro que hay que ser valiente para irse, para dejar lo que no se puede dejar detrás. Irse corriendo por la ventana. Yo sé que es el cliché del cobarde, pero no, crean, hay que ser valiente. Hay que escucharle a Bono, el "I knows it aches but you got to leave it behind" Y cuando suena and if your glass heart should crack, yo lloro -en cualquier parte- Y cuando veo a la chica que cruza a la madre, caminando lento y después de un parpadeo, bien rápido, con la cabeza mirando al frente, y se mete en el baño con portazo y abre la ventana para plantarla, para dejarla ahí; lloro. Pero ahora mi cuaderno azul dice bravery. Es tan dificil -to walk on- Es tan difícil - to stay safe tonight- Es tan difícil - to know where it is- Es tan difícil - to leave it behind-

miércoles, 16 de julio de 2008

Certezas de viaje

- Buenas y malas noticias: la belleza es lo único que me da felicidad. - Buenos Aires es cada vez más homogénea. Si no le ponemos sal, terminará siendo el distrito federal. - Qué poco que muestran las piernas las argentinas. - Qué conservador que es el europeo. - Mi peor parte es catalana. - Falta innovar-falta innovar-falta innovar, etc. - Mi mejor parte es... mía. - El cansancio físico provoca justificación. Es decir, es anti-culpa. - Barcelona es un pueblo -turístico- con infraestructura. Hay que llenarlo de gente. Hay que convencer a los catalanes. - Al fin conocí Madrid, es una ciudad. - El manejo de la prensa en Argentina es único, nos falta localismo e internacionalidad. - Extraño un poco. - Salir con pakistaníes es como salir sólo, son buena onda, pero no beben alcohol: son musulmanes.

lunes, 23 de junio de 2008

Madrid

Llego al aeropuerto de Madrid a las siete de la tarde. En mi reloj son las dos.
Yo viajo cómodo en los putos aviones. Zapatillas, pantalón deportivo y una remera (regalo de despedida) que dice con una carita feliz: ¿No me hacés un pete?
Cuando bajo del avión una azafata me comenta que, lamentablemente, tendré que recoger mis maletas y volver a ingresarlas en el avión a Barcelona, nuevas medidas de seguridad. Y de incomodidad, retruco. Me tira su sonrisa prefabricada; "pobre" pienso.
El aeropuerto es monstruoso y tengo 4 horas muertas: el avión sale a las once. Mi ipod sin batería. El cuello me duele horrores y, cuando me dan las valijas, me entregan un hermoso cartelito verde "pasajero en transito". Intento esconderlo cerrando un poco mi camperita deportiva pero no uso el cierre así que el cartelito se ve a la mitad. Estoy bastante ofuscado para cargar las valijas y recorrer el free-shop; quisiera tener euros y pagarme un whisky, de ese que venden en ese bar. Qué pobre que estoy, no puedo gastar de mis 40 euros 20 en alcohol. Me pierdo en el medio de valijas preguntándome si el alcohol es el problema o es la solución. Ya no sé dónde estoy.
-Disculpe, ¿sabe dónde queda la plataforma roja 45?- Al policía
- Siga esta línea. Esta, ud., a veinte metros.
A veinte metros hay una chica en trajecito, parada, mirándome. Mira como si no le importara, y como si hiciera rato que lo hace. Ensayo una sonrisa tímida, de galán loser. Aparta su mirada y se sienta en la fila de bancos, en el primero del pasillo 44. Me resulta rara esa acción: antes parecía que se estaba yendo del aeropuerto con sus dos valijitas rojas. Empiezo a caminar, consciente de que voy a pasar a su lado. Voy a tratar de pasar lo más cerca posible. Paso de largo y me estoy por sentar a sus espaldas, ella ya no me ve pero me dice:
- Yo puedo...- lo dice despacio, tranquila.
- ¿...perdón?- me doy vuelta y miro hacia su silla, ella hace lo propio.
- Hola -me dice- te dije que yo puedo.
- No entiendo -sonrío- ¿podés qué?
Se ríe, con ganas, con el volumen perfecto, ni muy fuerte ni muy bajo y me señala, con las cejas, mi pecho, donde está la remera. Me cuesta creer lo que pasa. No entiendo cómo reaccionar.
- Disculpame, no es mía la remera, bah, quiero decir, me la regalaron, yo no la usaría... bueno, sí, la estoy usando pero es por el viaje, yo viajo cómodo sabés...
Se ríe de vuelta, tiene el pelo muy negro, tiene los ojos muy grises, tiene la boca muy roja, los dientes grandes, sobre todo las paletas; me gusta mucho.
- ¿Te conozco? Tu tonada no es española…
- No, no me conocés y, no, no soy española, soy argentina. Me llamo Analía ¿querés ir a tomar algo? el bar de acá es medio caro pero tienen un buen Bloody Mary.
Son las ocho y media. Cuando llega el mozo ella mueve el dedo por arriba de la carta, como si tuviera un ojo en la yema... con sus verdaderos ojos mira al mozo. Quiero un Bloody Mary, dice. Yo no puedo dudar, no puedo ver los precios, me tengo que comportar. Un Old Fashioned, por favor.
- ¿Y en qué vuelo venías? El mío fue un viaje de mierda -Yo-.
- Vine en tu vuelo. Cuando fuiste por tercera vez al baño, te vi la remera ¿Por qué vas tanto al baño? ¿tenés problemas de próstata o te dan miedo los vuelos?
- Ja, me temo que ninguna de las dos. Tengo hormigas en el culo, eso sí. Yo no te vi, si lo hubiera hecho, hubiera sido imposible dormir.
Sonríe de costado y me mira compasiva, como si valorara mi esfuerzo. Bajo mis ojos y me sonrojo, estúpido. Lo voy a arruinar, lo sé. Además, me queda poco tiempo… maldita Barcelona. Prendo un cigarrillo, estoy nervioso. Alzo la vista y ella está pidiendo otro Bloody con una seña. Mi trago apenas si está empezado.
- ¿Qué estudias?- su voz es cascada, un poco aguda. Es una voz medio graciosa pero habla como si tuviera la voz de Nina Simone.
- Ya no estudio, terminé la facu el año pasado. Estudié filosofía.
- FI-LO-SO-FÍ-A - lo dice lento, con teatralidad, como si tratara de levantar a Aristóteles de la tumba. También lo dice de forma burlona. Me enoja un poco.
- Sí. Me ocupo del ser ¿Qué tal…?- Me hago el gracioso.
- Bravo! Yo limpio mesas y atiendo gente en un bar de Madrid. Me recibí hace dos años de economista y me vine a vivir acá. Me ocupo del parecer. ¿Qué es el ser para vos?
- Uy! dios! no sé. No tengo idea. Supongo que...
- Para mi el ser es ver al otro desnudo, de frente, mirándote con tristeza. Con su panza, con su pelos, con sus tetas semi caídas, con los brazos al costado. Eso es el ser.
- Wow... ¿y el parecer?
- Ja, qué pregunta más fácil. El parecer es todo lo demás.
¿No te vas a tomar el Old Fashioned? lo tenés nuevo... -Le doy un sorbo con esfuerzo. No sé qué decirle, no quiero que la conversación muera. Quiero decir algo inteligente, sagaz. Me rindo.
- ¿Te gusta el cine, Ana? Perdón ¿te puedo decir Ana en vez de Analía?
- Todos me dicen Ana, Analía es muy largo. Mas o menos, hace rato que no disfruto mucho una película. Cuando era adolescente me gustaba mucho Tarantino…
- Ah! Te gusta Tarantino…
- No, ahora no me gusta Tarantino: me parece un maricón. Un nene de mamá. Hace películas violentas para mostrar que es violento sólo porque no puede aceptar que es una marica. Fijate, en perros de la calle, en pulp fiction, siempre se pone como personaje de los malos. Pero le sale el marica, no lo puede contener. ¿A vos te parece que los gangsters son tan refinados como en sus películas? Los hace refinados porque sino él no podría formar parte de ellos, por eso. Fijate los diálogos que tienen los gangsters en Pulp Fiction, en Perros de la calle, parecen filósofos (sin ofender, eh). En ese ambiente afeminado él se hace un personaje y queda bien, no queda fuera de lugar. Por eso hace un cameo en todas sus películas.
- Wow! qué teoría... Aunque Tarantino no aparece en todas sus películas. Fijate Jacky Brown…
- ¿Siempre sos tan exigente con las cosas? Relajate, boludo- La odio y la amo. Se levanta de golpe y se termina, de un trago, su segundo Bloody Mary. Está borrachísima. Casi que tambalea. - ¿Me acompañás al baño? Quiero hacer pis. Porfa.- Empieza a caminar sin esperar respuesta, está muy borracha. Agarro mi equipaje, y el suyo, rápidamente porque ella se aleja sin mirar atrás. La empiezo a seguir, no sé por qué.
- Eh! Señor! la cuenta! No me haga llamar a la policía!- El mozo está bastante enfurecido, ya busca pelea.
Vuelvo sobre mis pasos.
-Lo siento, disculpe ¿cuanto es? ¿40 euros?- Saco mis únicos billetes del bolsillo, los tiro en la mesa.
- ¿No se va a tomar su Old Fashioned? Está casi lleno, señor.
- No puedo, quédeselo de propina- Me mira amargamente.
Empiezo a correr con las valijas, ajenas y propias, en dirección al baño. Cuando llego a la entrada no hay nadie. Se fue. La empiezo a buscar, son las diez. Me quiero morir, qué forro que soy, ni un beso le encaje. El aeropuerto está desierto. Dejo de esperar en la puerta, me doy vuelta y empiezo a caminar hacia la plataforma, el asunto está perdido. Camino uno, dos, tres pasos.
- Hey! ¿adónde vas?- Me doy vuelta. Ahí está ella. Me salta encima y me estampa un beso, sin lengua. Me besa fuerte. Me agarra, de las mejillas, la cara con las palmas abiertas, es tan linda.-Vení acompañame, te quiero mostrar algo del aeropuerto.
- Ehh yo tengo que…
- Dale, es un segundo...- Me agarra de la mano y me arrastra. Yo arrastro las valijas.
Estamos bajando unas escaleras internas de incendio y yo estoy confundido. En el primer descanso me hace una seña: dejá los bolsos acá. Pongo cara de que no entiendo qué mierda pasa. Me acerca la cara como si me fuera a dar un beso pero esquiva mi boca y me dice al oído, despacio:
- Ya te dije, “yo puedo”- Me agarra, fuerte, la pija. Estoy al palo, mal. Me empieza a besar el cuello y, enseguida, se pone de rodillas.
- Por suerte tenés pollera- digo y río tontamente.
- Callate- Me baja la bragueta y me empieza a chupar como si no hubiera mañana: se la engulle. Atrás, adelante. Atrás, adelante. Siempre que va adelante, intenta tocar mi abdomen con sus paletas grandes, la quiere toda. Lo hace fuerte pero despacio. Yo le empiezo a tocar la espalda y a pellizcarla. Me saca la mano derecha y me la pone en su nuca.
- ¿Estas segura?- Uso tono gentil aunque no puedo más. Alza la vista y me dice con los ojos grises que me calle. Le agarro los pelos negros y la empiezo a presionar con fuerza hacia mi abdomen, cada vez más. Le da una arcada, le suelto los pelos. Me mira de nuevo, se saca la pija de la boca.
- Te avisé ¿Estás bien?
- Shhhhhh!
Me empieza a chupar, de nuevo, esta vez con mucha dulzura. Es el mejor pete que me hicieron en mi vida. De repente, me empieza a morder despacio y me mira. De vuelta, un poco más fuerte y me mira. Más. Me mira, desafiante. Más. Me duele. No le importa. Me mira con ojos de nena y muerde, de nuevo, violenta. Pide perdón con esos ojos… y me muerde fuertísimo. Me duele mucho. La agarro de los pelos, la saco y la levanto con fuerza. Le meto la lengua en la boca. La quiero penetrar con la lengua. Hasta el fondo. Si pudiera, le chuparía la campanilla. Lo intento y fracaso. Le chupo la lengua, fuerte. Me saca con los dos brazos, rechazándome. No entiendo nada.
- ¿Qué pasó? ¿Hice algo mal? Disc...
- Si hablás de vuelta, me voy. Callate de una vez- Yo estoy muy caliente, muy.
Me le tiro encima y la acorralo contra la pared. Le agarro los dos brazos y los junto. Se los sostengo con la mano izquierda, bien fuerte, no se los dejo mover. Con la mano derecha la doy vuelta y la pongo contra la pared. Tengo su culo en mi pija. Va a decir algo. Le tapo la boca con mi mano.
- Basta de callarme, hija de puta- se lo digo al oído, jadeando. Ella sonríe en mi mano. Le subo la pollera. Le bajo la bombacha. No tengo forro. Le acerco la pija a la concha, está cálido. Me pone el culo en el abdomen, cada vez más fuerte. Tengo que dilatar, no sé qué hacer. Le empiezo a tocar las tetas, en el bolsillo de su trajecito un sonido de plástico, se cae un forro. Me lo acerca con el pie. Cuando me agacho a buscarlo la presiono contra la pared agarrándole la cintura. Empieza a gemir. Le empiezo a tocar la concha. Está húmeda, húmeda y caliente. Gime cada vez más. Me haría un mp3 con sus gemidos. Le giro la cabeza y la pongo de perfil. Es preciosa. Mientras gime le acerco mi boca a su boca. Quiero comerme sus gemidos, quiero tragármelos. La penetro y grita y gime. Y yo no puedo más. Quiero poseerla toda, quiero que su espalda entre por mi esternón. Quiero que su culo se funda a mis muslos. Quiero acabar con ella.
Sentados en el descanso con todas las valijas, ahí, tiradas. Saco dos cigarrillos y le doy uno. Con el mismo fuego prendemos cada uno el suyo. Me mira profundamente.
- Tenés mucha fuerza. Si hablaras menos esto hubiera sido...
- Yo... yo creo que podría enamorarme de vos... creo que podrías ser mi novia...
Me mira muy sorprendida. Cierra la boca y se pone compasiva: me siente un chico. Responde:
- No, no podrías. Sos pasajero en transito- Me señala con un gesto el cartelito verde, medio roto, medio oculto.
- Uh! el cartelito... ¿se nota mucho?- pregunto con amargura.
- Es como si lo tuvieras pegado en la frente.
Se levanta, agarra sus dos valijitas rojas, me da un beso en la mejilla y se va.

miércoles, 18 de junio de 2008

La muerte de Christopher Marlowe

Christopher Marlowe era el dramaturgo más grosso de la Inglaterra del siglo xvi. Hasta que se murió y el cetro pasó a manos de William Shakespeare. Varios eruditos dicen que Shakespeare odiaba a Marlowe, hipótesis apoyada por el hecho de que ninguna obra de Shakespeare fue llevada a escena sino hasta después la muerte de Marlowe. Aunque la misma hipótesis suena descabellada al comprobar que todos los registros afirman que Marlowe y Shakespeare nunca se vieron las caras y que Shakespeare fue un total desconocido hasta el estreno de su primera obra, varios meses después de la muerte de Marlowe. Pero la verdad es que Marlowe no se murió. Marlowe fue asesinado. Y todavía hoy queda una pátina de misterio acerca de qué fue lo que sucedió. El fin del siglo xvi no era la mejor época para ser londinense. Las condiciones climáticas eran las mismas que ahora, solo que no tenían luz eléctrica, ni antibióticos y ni agua corriente. Encima la peste bubónica mataba a uno de cada cinco habitantes. En ese escenario reinaba Isabel I, que era protestante y tenía un servicio secreto dedicado exclusivamente a desbaratar las conspiraciones de los católicos para asesinarla. No se sabe cuántas personas trabajaban en esa empresa, pero los que nos interesan son solo dos. Robert Poley y Nicholas Skeres. Poley era un agente de carrera. Había trabajado toda su vida al servicio de la reina llevando correspondencia secreta por todas las cortes de Europa. Era tranquilo, sonriente, y si su majestad Isabel I le pedía algo, él lo hacía. Skeres era el asistente de Poley. Un tipo oscuro del norte de Inglaterra al que nadie le entendía cuando hablaba, y al que igual no hacía falta entender porque las relaciones diplomáticas de la pareja estaban a cargo del sonriente. Skeres, además de oscuro era grueso, feo, tosco. Poley lo había conocido en un prostíbulo de Londres la noche en que Skeres apuñaló a dos borrachos y una puta en una pelea por una cuenta impaga. Al final de la reyerta le ofreció el perdón real a cambio de sus servicios de por vida. En 1593, Marlowe no estaba en Londres. Marlowe estaba en Deptford. Algunos dicen que escapando de la peste bubónica, otros que escondiéndose de los hombres de la reina que lo buscaban por hereje. Marlowe, además de ser el dramaturgo más grande de su tiempo, era católico. Y una acusación de herejía podía incluir cosas tan amplias como ser católico, leer un libro prohibido o acostarse con un hombre. O conspirar contra la reina de Inglaterra. Y Marlowe llevaba a cabo todas estas actividades con frecuencia. El 29 de mayo de 1593, Marlowe recibió una carta de Thomas Walsingham, su mecenas. En la carta, Walsingham le explicaba que los hombres de la reina siempre habían sabido de su escondite, y que si no lo habían matado hasta ahora había sido por su protección. También le decía que su protección había llegado a su fin y que lo mejor que había podido negociar era una reunión para el día siguiente con dos representantes de la corona. En esa reunión le iban a ofrecer un trato a cambio de no ejecutarlo. Walsingham creía que Marlowe iba a tener que escoger entre la ejecución y el destierro, y le recomendaba elegir el destierro. En esa época los reyes duraban mucho menos que los poetas y siempre iba a tener la oportunidad de volver. Marlowe recibió la carta de manos de Igram Frizer, el asistente personal de Walsingham. Por eso sabía que la carta no era falsa y que la reunión no era una trampa. A menos que Walsingham también estuviera implicado, en cuyo caso, todo estaba perdido. La carta terminaba diciendo que Frizer, el asistente de Walsingham, estaba ahí para ayudarlo en lo que fuera necesario. Yo creo que si Walsingham hubiera estado al tanto de lo amplia que era la imaginación de Marlowe, hubiera limitado su oferta. Esa noche Frizer se quedó a dormir en la cabaña de Marlowe. Nadie sabe por qué, nadie sabe de qué hablaron. Y nadie sabe lo que las palabras de Marlowe, dramaturgo, conspirador, disoluto y erudito, pudieron haber hecho sobre los oídos de un simple asistente. Al día siguiente Marlowe y Frizer salieron a encontrarse con los dos agentes de la reina, que no eran otros que Skeres y Poley. La reunión se llevó a cabo en la casa de Eleanor Bull, una dama que alquilaba su casa para reuniones y que a las cinco en punto servía té y scons. La presencia de Eleanor es importante porque no hubo otro testigo que no estuviera, de un modo u otro, implicado en el asesinato. Su versión de los hechos, parcial y fragmentaria pero honesta al fin, es la que aparece en el reporte del investigador encargado del crimen de Marlowe, el único documento confiable sobre este caso[1]. Eleanor Bull presenció la muerte de Marlowe desde el patio de su casa. Llevaba una bandeja con té y scons en el momento en que vio, a través de la ventana que daba al patio, lo que sucedía dentro de la habitación. No pudo escuchar nada y solo pudo ver lo que el cuadrado transparente dejaba ver. En una mesa estaban sentados Marlowe, Frizer, Poley y Skeres. A un lado, el poeta y el asistente. En frente, los dos agentes de la reina. A pesar de no saber de qué hablaban, Eleanor asegura que estaban teniendo una discusión acalorada. Entonces Marlowe desenfunda un cuchillo. El poeta amenaza a los agentes de la reina y Frizer, el asistente de Walsingham, trata de detenerlo. Lo toma de muñeca e intenta sacarle el puñal. Marlowe reacciona y con un movimiento brusco se lo saca de encima. Frizer, casi instantáneamente y como si fuera el paso de una coreografía, desenfunda su propio puñal y se lo entierra en el ojo al máximo poeta de la Inglaterra isabelina. La imagen de Marlowe retorciéndose del dolor mientras le brota sangre del cuenco del ojo fue demasiado para Eleanor, que se desvaneció. Cuando volvió en sí, Marlowe seguía vivo y había parado la hemorragia con uno de sus manteles. Skeres y Poley habían reducido a Frizer y lo tenían maniatado. En el suelo, Marlowe grita que lo lleven a un hospital. Los agentes de la reina dudan y Eleanor sugiere subirlo una carreta y viajar hasta el hospital de Blackheath. Los agentes primero dudan y luego acceden. Skeres, el oscuro, se queda custodiando a Frizer. Poley, el sonriente, se va con Miss Eleanor y Marlowe en la carreta. Cuando llegan al hospital de Blackheath Marlowe ya no habla, ni siquiera gime de dolor. A cien metros del edificio, se pueden ver los cuerpos de los enfermos de peste. La muerte negra había hecho rebalsar el sistema sanitario inglés y los cadáveres se mezclaban con los enfermos que esperaban atención médica o por lo menos una muerte digna. La carreta se acerca de a poco y el olor putrefacto se les mete a Eleanor y a Poley en la boca y en la nariz. El cuerpo puede más que la educación y Miss Eleanor Bull vomita sobre un costado de la carreta. Dice que no avanza más. Poley no intenta convencerla y hace caso. Para él Marlowe está muerto y le da lo mismo si deja este mundo desangrado o por la peste bubónica. Abandonan el cuerpo del poeta en el suelo y se van diciendo que hicieron lo mejor que pudieron. Marlowe no pide auxilio ni gime de dolor. De vuelta en la casa de Miss Eleanor Bull, Poley le cuenta a su compañero lo que sucedió y se llevan a Frizer para que sea juzgado por el asesinato de Marlowe. Ingram Frizer pasó un mes en un calabozo de la Torre de Londres, al cabo del cual fue absuelto por haber actuado en defensa propia. Christopher Marlowe fue enterrado en una fosa común del cementerio de St. Nicholas, el primero de junio de 1593. Los artículos y las publicaciones al respecto de la muerte de Marlowe se apilan a montones. La mayoría dicen que ir a la casa de Eleanor Bull fue el peor error que Marlowe pudo haber cometido. Otras, como la de Calvin Hoffman, creen que fue la obra más personal y arriesgada de su carrera de dramaturgo, la última antes de desaparecer y comenzar a escribir las obras maestras que enviaría a Londres para que las publique, con su nombre, el campesino llamado William Shakespeare. [1] En 1925, el erudito Leslie Hotson encontró en la Public Record Office of the United Kindom el reporte del investigador. Hasta ese entonces, toda la información sobre la muerte de Marlowe provenía de las elegías, necrológicas y otros elogios fúnebres que los escritores de la época dedicaron al dramaturgo.

A A

Basado en Walk Away de F. F. Y si el otro día te vi alejarte es porque me excita cuando lo hacés y si no me respondés... ay! cómo adoro el sabor de tu desprecio! porque sí, nena, yo soy frío pero no tan frío como vos Dale, hablá encima mío levantate del bar, tirame el café en la camisa así sos la mujer de mi vida y yo te quiero morder el cuello con fuerza porque sí, nena, yo soy frío pero no tanto como vos Me gusta como seducís a otros en lugar de a mí y si mientras te los cogés, mirás atrás yo voy a saber que sos la elegida porque sí, nena, yo soy frío pero no tanto como vos

lunes, 9 de junio de 2008

El escritor maldito

N- (...) L- Mmm Hay pocas cosas que puedo decir sobre AB estando sobrio. Unos meses antes de estar muerto, en la casa de A(b), AB me prestó unas obras escogidas de Jean Ray. Jean Ray es el escritor maldito. Era antisemita, vulgar, borracho, traficante de armas, de alcohol y hasta burócrata.Ah! también le gustaban mucho las putas, las de puerto. Cuentan que en una discusión acalorada con un editor, salieron el editor y las cosas que tenía en su despacho por la ventana. Es evidente que Jean Ray era. A veces disfruto pensando en una liga de lucha libre de escritores. Jean Ray es el malo, pero el más malo, y siempre pierde por un pelo con un gil al que detesto. Ray cuenta que toda su vida estuvo sesgada por un fantasma que vestía un pañuelo rojo. Tuvo, a lo largo de toda su vida, cinco encuentros con el fantasma. Al segundo encuentro ya quiso trompearlo. Todo esto está en la introducción a las obras escogidas. N- (...) L- Sí, era toda una aventura que AB me prestara un libro. Yo sabía que él me iba a dar algo que valía la pena pero también sabía que me lo iba a quitar pronto. Es como... no se, imaginate estar haciendote una paja y tener la certeza de que en cualquier momento va a entrar alguien, generando una situación incómoda. Vos querés terminar pero sabés que te tenés que apurar. N- (...) L- Bueno si extrapolás eso a mi caso, es identico... sólo que la paja te la hacés con las manos frías. A los tres días de prestado el libro, llamó AB "¿terminaste el libro? Yo necesito trabajar con esas cosas" . Claro que no lo terminé, hijo de puta, hace tres días que lo tengo, tiene 500 páginas. "No AB, estuve leyendo otras cosas también, no te preocupes, te lo alcanzo mañana" "¿Leíste algo, al menos?" "Sí, leí 'los cuentos del Whisky' y algunas cosas sueltas. Me pareció muy bueno, creo que es mejor que Poe en muchos aspectos" N- (...) L- El otro día empecé a buscar las obras escogidas de Jean Ray. Empecé por A(b), la encargada ahora de la biblioteca de AB, ella me dijo que ya era la tercera vez que se lo pedía y que no insista, que el libro estaba catalogado y que, por lo tanto, ya estaba vendido. Fair enough. Fue entonces que decidí no parar hasta conseguir el libro. Empecé por la librería Santa Fe, Yenny, etc. No sólo no lo tenían, sino que ninguno de los experimentados vendedores conocía a Jean Ray y tampoco lo encontraban en sus computadoras! No contento con eso, me dirigí a los parques. Nada. Caras de confusión pero sobre todo de desinterés. Luego, hablé con F. Fijate si en Barcelona se consigue. Al menos lo conocen, dijo F. No, no lo tienen ni en pedo. N- (...) L- Sí, esa era mi última opción, siempre evito ese lugar. Lo odio y, al fin y al cabo, nunca tienen nada. Pero claro, no podía quedarme con la duda y, además, sabía que me iba a dar algo que contar. Así fue. Antes de entrar, busqué el cartelito de bienvenida en la vidriera, ese que dice: "Si ud. está aquí, es porque su madre decidió no abortarlo" Ahhh. Refrescante. Pero no estaba ¿Lo habré buscado lo suficiente? Me atendió un viejo, lo cual era perfecto para la aventura, sólo necesitaba que el viejo supiera quién era mi autor "Hola, busco algo de Jean Ray..." Me miró con una especie de reverencia, sonreí hacia la derecha. "No tengo nada de él ¿Pero vos sabías que era una persona muy polémica?" "Bueno, sí. Odiaba a los judíos" dije resignado, como diciendo, a veces hay que pagar precios altos por ciertas cosas. "No" me dijo tajante y prosiguió "él odiaba a los prestamistas que, claro, en ese momento eran judíos..." Confieso que era más de lo que esperaba, en el fondo, soy un ingenuo. "Bueno, señor, pienso que el hecho de que él considerara que todo asqueroso prestamista era judío lo hacía un poco antisemita" Me miró raro y con mueca, como si no se hubiera esperado el retruque obvio. "Pensé que si buscabas algo tan bueno como Jean Ray era porque eras un poco más inteligente, pibe, no tan simplista" Lo odié con toda mi alma por un cuarto de segundo. Usé otro cuarto de segundo para rogar lanzarle una buena respuesta, el resto del segundo fue llenarme de valor. "Bueno, no, señor. La verdad es que soy bastante simplista. Por ejemplo, me cago bien en Platón y en su estúpida teoría de las ideas. Si pudiera, le cortaría el cuello y con la navaja de Ockham para que no joda más" No se por qué elegí a Platón, al fin y al cabo, quiero bastante al psicópata. Creo que fue porque quise ser ofensivo, rebelde y snob al mismo tiempo; quise ganar con soberbia; consecuentemente, rematé "Quizá, podrían empezar a traer libros que valgan la pena a esta librería. Buenas tardes." Mientras volvía a casa, agradecí al cielo darme ese momento tan sagrado, hacía rato que se me negaba. N- (...) L- Al otro día llamó A(b). Yo sé que AB quería que tuvieras ese libro para vos, es tuyo. Dijo. "Yo lo arreglo". N- (...) L- Dejame leerte este comienzo. Jean Ray es tan oscuro como Poe pero es claramente más brutal. "Hacía cuarenta años que Rooks trabajaba duramente. Vivía con su padre, el cual tenía un poco de dinero y ahorraba ferozmente lo que ganaba su hijo. ¡Cuarenta años! Y el viejo no quería morirse. Una noche, Rooks conoció a una hermosa rubia que podía ser suya por tres chelines. Rooks estranguló a su padre y se convirtió en el amante de la hermosa rubia. Al cabo de un mes, le quedaban ocho peniques. Entonces, conoció las noches frías de Whitechapel y el húmedo abrazo de la niebla. El cadáver del viejo estaba oculto debajo de las tablas del piso del dormitorio de la casa paterna; y Rooks, que no tenía bastante ciencia para burlarse de las supersticiones, no se atrevía a entrar a la casa." N- ... L- Es genial ¿viste? El final del cuento es espectacular. El otro día, leyendo las últimas páginas del libro, encontré algo escrito por AB en la contratapa. "¿Qué tiene de común el cuento de terror con la poesía? - La belleza y el horror se presentan de improviso: in medias res. " Eras bueno, AB. Bueno, desconocido y otras cosas más. Como Jean Ray.

martes, 3 de junio de 2008

The Journey

Burgundy. Esa es una palabra que no conocía. Me la encontré en Just like Tom thumb's blues de Dylan. Un burgundy es un viaje de exploración de los niños ricos, de algún lado, a un lugar pobre. En una época, o casi siempre, los niños yanquis se iban a coger y emborrachar a México. Cuando lo hacían, vivían un burgundy. En el tema de Bob, los chicos viajan a ciudad de Juárez y descontrolan. El ambiente de la canción es uno de mis favoritos y gracias a él, descubrí la palabra, burgundy. El verso final de la canción dice: Yo empecé con la travesía (I started out on burgundy) Pero, pronto, me choqué con lo más duro (But soon hit the harder stuff) Todos dijeron que me apoyarían (Everybody said they'd stand behind me) Si el asunto se ponía áspero (When the game got rough) Pero la joda fue para mí (But the joke was on me) No había nadie siquiera para secundarme en mis mentiras (There was nobody even there to call my bluff) Me vuelvo a NY (I'm going back to New York City) Creo que ya tuve suficiente (I do believe I've had enough) La traducción es mala por dos motivos, el primero es que no tiene el menor valor literario: no hay rima, se cambian"call my bluff" por "secundarme en mis mentiras", "but the joke was on me" por "pero la joda fue para mí" etc. El segundo motivo voy a develarlo al final. Empecé a escuchar este tema cuando volví de allá. Y siempre me identifiqué con este verso. De algún modo retorcido pensaba que volver a Bs. As. era una especie de Burgundy: yo venía de allá, llegaba a un país del tercer mundo, la moneda era barata, la bebida también. Acá me encontré con lo áspero. Hubo puteríos. Hubo vómitos. Hubo estar pérdido en la lluvia, hubo dolor, hubo policía... era un fucking burgundy. Ahora, menos perdido, me doy cuenta que forzaba la comparación por la última línea. Fin: La traslación "yo empece con la travesía" es pésima. Burgundy significa Borgoña (vino) y lo correcto sería poner "empecé por el borgoña pero pronto me topé con cosas más duras". No se por qué, yo escuchaba I started the burgundy... Como no conocía la palabra, busqué, imaginariamente, en el diccionario Burgundy y leí, de modo fantasioso, viaje de bajo costo a lugares del tercer mundo, normalmente acompañado de situaciones extremas. Amaba la palabra. Pero hoy la busqué y no existe. Qué triste. Te voy a extrañar.

lunes, 2 de junio de 2008

Adolescencia violenta

Hoy encontré entre mis libros "Cómo educar a los padres" de Pergolini y Rozitchner. Como estaba yendo para el baño, me lo llevé.Odio a Perg y a Roz, son forros-forros. En el trayecto de la pieza al baño me regodeaba al pensar lo mucho que iba a disfrutar el momento de lectura. Como uds. sabrán, una de mis actividades favoritas es indignarme y este libro, pensaba, me iba a proporcionar mucho de eso. Libro noventoso, escrito por forros... era una apuesta segura. La cuestión es que lo poco que leí me sorprendió. Disfruté bastante los minutos de lectura: hasta me reí. El libro tiene exceso de pronombres, parece como si fuera una traducción literal de algo escrito en inglés. No me malentiendan, no desconfío plagio de Pergolini y Rozitchner, desconfío plagio del sujeto que escribió el libro. Vuelvo a mi punto. Me gustó lo que leí. Lo cual me dejó pensando ¿cómo puede ser que un libro escrito por forros me haya gustado? Más aún, esto tiraba abajo mi explicación de por qué consideraba un ídolo a Pergolini cuando tenía 14 años y ahora lo considero un forro. Mi explicación era: ya no me gusta Pergolini porque cambié en el transcurso de estos años. Pero la explicación se va al demonio, me gusta, ahora, lo que Pergolini hacía cuando yo tenía 14 años. La única solución posible es que el que haya cambiado sea Pergolini. Hay una opción más: que los dos hayamos cambiado. Si Hume tiene razón, la idea de identidad de las cosas a través del tiempo es ficticia. Si esto es así, tanto Pergolini como yo cambiamos. Él, seguro que para peor, yo, también.

domingo, 1 de junio de 2008

Mentes suspicaces (o el Platón del Rock)

He escuchado decir a algún melómano amigo que Elvis no es un peso pesado. Al fin y al cabo, era poco lo que el tipo escribía y sus discos eran colecciones de hits más que álbumes integrales -algo que pide ahora el estándar musical-. El éxito de Elvis se explica dada su pinta, su forma de moverse -algo escandaloso en un white trash-, su voz y los Jordanaires -esa mítica banda de cantores-. Yo creo que Elvis es un peso pesado. Yo creo que Elvis se come crudo a Tyson. Puedo probarlo. Después de un primer éxito fenomenal, a Elvis se le fue la mano con las pastillas y los laureles y se fue al tacho. Así nomás. Gordo, drogadicto y con la beatlemanía en el orto. Suspicious minds es el tema que formó parte del gran regreso de Elvis a fines de los '60, junto con In the ghetto. Suspicious Minds muestra que el gordo era un grande-grande. La canción era de hacía unos años compuesta por un tal James y no estaba ni cerca de haber sido un hit. Cuando Elvis la escuchó, dijo que la quería para él, que la haría un éxito. Así fue. El tema es el último número 1 del rey. No sólo eso, el tema es el mejor tema que Elvis grabó. Así nomás. EL MEJOR TEMA DE ELVIS. 1- El tema introduce, por primera vez en los hits de Elvis, coros femeninos. Esto es semi correcto. In the ghetto, que salió antes en el '69, tiene coros femeninos pero son cuasi decorativos y, además, si la wiki tiene razón, SM fue grabado antes, a pesar de haber salido después. Los coros femeninos en SM son brillantes, las negras la descocen y tienen una especie de protagonismo muy interesante. Más que nada porque el gordo las deja cantar y las negras lo aprovechan, por favor, escuchen a las negras. 2-Un segundo punto interesante del tema es la forma en que está cantado por Élv. Hay mucha pasión, hay virtuosismo y hay teatralidad, teatralidad bien contenida, no teatralidad a lo Sandro, teatralidad a lo gardel. Es imposible no emocionarse con los ruegos que el amante le lanza a la celosa. Creo que es la mejor interpretación de Élv, el fraseo no es difícil pero los ruegos son sentidos y brillantes. 3-Otro punto interesante es la jugada de la doble voz. En los '60 los lentos se hacían con un double track en la voz. Esto quiere decir que la voz del cantante se duplicaba: escuchábamos dos voces cantar y no una; creo que para darle más cuerpo y hondura. Lo que se hacía era tomar la mejor toma y ponerla dos veces (superpuestas). Mccartney era un fanático de esto: creo que lo hizo por primera vez en a taste of honey en el primer disco de los beatles. Más adelante, Mccartney empezó a usar el double track con un twist: ahora hacía dos tomas de voz distintas , cantando al mismo tiempo (por ejemplo en here, there and everywhere). Con lo cual era como si cantara un dueto de Mccartneys o un dueto de Lennons. Elvis hace un double track de este estilo en SM y el resultado es genial, hay que escucharlo. 4- Por último, la canción tiene, al mejor estilo de la época (al mejor estilo Hey jude), una repetición final interminable del estribillo. Lo interesante de esto en SM es que este cantar repetitivo de estribillos, que no nos molesta para nada, tiene un cuasi fade out y luego un fade in, estoy casi seguro que esto ya se había hecho pero años después escucharíamos este recurso hasta el hartazgo, grande Elvis! Como dato curioso: para mis oídos noventosos, el fade out de SM es un poco abrupto ¿Por qué será? Premio para el que lo averigue y postee. El tema

viernes, 30 de mayo de 2008

Star fucks (the) coffee

F(...) me tiró dos buenas ayer: 1- Ojo con las aposiciones, se te pueden descontrolar. 2- Tu blog está muy oscuro. 1 es irremediable. 2... Star fucks (the) coffee. Así le llamaba ella. Hoy abrió Starbucks en el Alto Palermo y ahora los eventos sociales los organizan las multinacionales. Yo me levanté pensando que iba a desayunar ahí, quería un chai tea latte, perdón, un té chai con leche. Cuando ella me llevó por primera vez a la estrella que se coge al café, me pidió uno de esos sin que yo pudiera elegir. Me dijo "probalo, si adivinás qué tiene de especial, te lo regalo". Ese día tuve que pagar mi té y también el de ella. Hoy fui porque quería chai pero también porque me encontraba con V, mi primer beso (con lengua), ahí mismo. Bajé a la calle. Celular, mi música, disco, highway 61, It takes a lot to laugh, it takes a train to cry. Ni bien el big Bob viajaba en el tren del correo, me golpeó la obviedad: Starbucks iba a ser un caos. Seguí caminando pensando lo que piensa un sujeto que estudió lo que estudié yo y que, además, está dormido. No me voy a cagar el desayuno con gente dando vueltas alrededor por un caprichito pelotudo, si está lleno, me voy al bar esquinoso que es tranquilo. SB estaba peor que eso, había una multitud de caceroleros essen en la puerta comentando cuánto amaban NY y que mal estaba el país, infradotados con delantales verdes dando palmas y, sobre todo, la puerta bloqueada. Ese fue mi primer intento de huída y el más fuerte. Dí la vuelta y me senté en el bar de la esquina, afuera, avisé al mozo que no tenía efectivo pero que tenía una tarjetota con derecho a él. Nada, nada; no anda el postnet. Volví a Starbucks. Me acerqué a un delantal con carne, ¿aceptan tarjetas de débito? SONRISA sí señor, aceptam... NEXT NEXT NEXT NEXT NEXT NEXT. Desolation row. Yo ya había aceptado que la situación me daba vergüenza, hacer la cola con gente de ahí, tan expuesto a empleados trasnacionales, a cacerolas essen. Segundo intento de huída. Bajé las escaleritas dándome vuelta, y entonces, la veo. Con torpeza motora, me doy vuelta de nuevo. Era un grupo de tres y las tres sonreían. Ella era la más alta y la más blanca. Tenía la sonrisa que más mostraba, el pelo más oscuro. Me saqué los auriculares y, bajito, escucho under the boardwalk, de los drifters y los enanitos verdes, en ese orden. A ver, a veeer. Cuatro negros bien plantados, uno claramente más joven, cantando a capella y con palmas. El próximo es Hit the road Jack. Si empiezan a cantar gospel no me voy más. Dicho y hecho. Ameeen. Para eso, ya tenía más estudiada a la princesa pálida. Y resultó que no era una princesa. Como no paraba de sonreír, me di cuenta de sus colmillos, que eran inusitadamente grandes. Ustedes saben lo que era. A plena luz del sol. Generación 14 o más. Tengo una imposibilidad para encarar. Tengo una imposibilidad para encarar a gente que no conozco. Tengo una imposibilidad para encarar a gente que no conozco en situaciones ridículas ¿Con qué se entra? ¿comentario soez? no. ¿comentario agrio acerca de lo ridículo de la situación? No está mal. Quizá 30% a favor. Cifra respetable para alguien seguro de sí mismo.Yo necesito un 80% o más. Basta, no voy a hacer nada. Además, estoy en ayunas. Me toca entrar al sucucho y dejar de hacer la cola a la intemperie. Si entro me pierdo la música, los negros. Dudo. Me pregunta ¿Vas a entrar? Mi sonrisa incómoda. Su sonrisa felina. Sus colmillos. Sí, ¿te gustan el gospel y las situaciones ridículas? Sonrisa comprensiva y silencio. Esta chica me excede, estoy fuera de liga. Me habla de nuevo ¿Qué vas a tomar? Chai con leche... es indio. Listo, tomamos eso. A favor: Las criaturas de la noche a las que se le permite el día. El chai con leche. Los negros (foto). En contra: No poder manejar situaciones ridículas. El precio. V que no apareció (no la busqué justamente porque me daba vergüenza). Desafío: Aquel que pueda decirme, en secreto, qué tiene el chai de especial, le regalo uno. Grande.

jueves, 29 de mayo de 2008

Bloodlust

En el manga japonés, o al menos en Dragon Ball, la lascivia se representa con sangre. El procedimiento es el siguiente: el viejo que en DB es honorable y a la vez verde, enfrenta un conflicto profundo. Por un lado, ama el sexo; por el otro lado, se encuentra impedido a obtenerlo. Así, la maquinaria para representar la lujuria es perfecta. Cuando el viejo ve algo que le causa deseo sexual, en vez de sublimar, larga chorros de sangre por la nariz. Según creo, una de las cosas más interesantes que tiene el arte (que snob estoy...) es intercambiar niveles de discurso y jugar con eso. He aquí un ejemplo de DB. Yamsha está peleando contra el hombre invisible en la morada de Baba la vidente. En un primer momento, Yamsha se las arregla con sus oídos para detectar y golpear a su oponente y todos piensan que la batalla está ganada. Sin embargo, Baba empieza a cantar y, con una canción autoreferencial, nubla los sentidos de Yamsha que empieza a recibir una golpiza. En ese momento Krilin, que ya estaba avispado en cuestiones sexuales, va a buscar a Bulma y al Duende Tortuga (el anciano de la serie). Una vez llegados el viejo y la bomba sexual, Krilin ubica al Duende Tortuga mirando hacia el ring y a Bulma frente a él, de espaldas al combate. En ese momento, y de sorpresa, Krilin le baja el top a Bulma dejando sus hermosos pechos al descubierto (digo hermosos porque puedo corroborarlo: el momento descripto es el primer desnudo frontal de DB). Esto provoca, claro, una lujuria repentina en el viejo y por tanto, la sangre sale a chorros de su nariz, bañando de rojo todo el cuadrilátero y haciendo visible al hombre invisible (que se rinde al instante). Este juego no es exclusivo de Akira Toriyama pero es gratificante. Es similar a lo siguiente: B necesita un transplante de corazón urgente y no consigue el órgano. Lo que hace B, que vive en el mundo de los comics occidental, es traer a su enamorada y leerle un poema. Mientras se lo lee, corazones empiezan a volar arriba de la cabeza de su tórtola, B no tiene más que atrapar uno al vuelo, listo: ya tiene su trasplante.

Quedarse en Bagdad

Estuve escribiendo algo de Jean Ray pero hubo problemas. No quiero decir cuáles. En estos días vendrá eso que escribo, por ahora dejo algo que, por una razón que tampoco develo, relaciono con el escritor maldito. Una cita en Samarra Un mercader de Bagdad envió a su sirviente al mercado. El sirviente volvió tembloroso y asustado. Le dijo al mercader "Me empujaron por detrás, ahí en el mercado. Cuando me di vuelta, vi a la muerte. La muerte hizo un gesto amenazador, y yo huí aterrorizado" "Por favor, ¿podría prestarme su caballo? Puedo abandonar Bagdad y viajar a Samarra, donde la Muerte no podrá encontrarme" El amo prestó su caballo al siervo, quien partió de Bagdad a Samarra. Luego el mercader fue al mercado y vio a la Muerte en la multitud. "¿Por qué amenazaste a mi sirviente?" Le preguntó. La muerte replicó "Yo no amenacé a tu sirviente. Sucedió, simplemente, que me sorprendí de verlo aquí en Bagdad, puesto que esta noche tenía una cita con él pero en Samarra..." El texto es Appointment in Samarra de W. Somerset Maugham. No la conozco en castellano, así que la traducción, un cachito libre, es mía.

martes, 27 de mayo de 2008

La cocaína mata, viejita

L- El otro día vi a Z tomarse una línea con fruición. "Patético" dije. D- ...y se enojó. L- No, entendió que mi juicio era estético, no moral. D- ...que sofisticado lo de ustedes... L- Esperá, se pone peor. Yo empecé a recordar las clases de Filosofía. Recordé una de mis lecciones favoritas, donde el profesor, QEPD, contaba el quiebre de la trinidad de: lo bueno, lo bello y lo... puta, nunca me acuerdo del tercero... D- ...lo verdadero L- Eso: lo bueno, lo bello y lo... verdadero. Le dije a Z que la trinidad era una mierda y que estaba muy contento de que se hubiera roto. El profe contaba en su clase que un exponente importante de los modernos era Baudelaire. Baudelaire le escribía a las putas, que eran bellas pero eran malas. También le escribía a la naturaleza, a las flores del mal, que estaban podridas, pero eran bellas. Otra combinación que se me ocurre es la rubia de enfrente, que es bella pero es falsa. Z me dijo que lo feo no era el tomar: el hecho nariciento, que lo feo era su fruición. D- ...claramente falso L- Yo le dije que la concientización del quiebre de la trinidad fue de lo más importante que me pasó en la vida. Que claro, que cómo lo bello siempre va a ser lo bueno, que cómo lo feo va a ser siempre lo falso. Z se me quedó mirando y me preguntó si me había gustado Requiem para un sueño. D- ...ya estaba duro, quizá. L- Le contesté que odiaba la película porque era la consagración de la trinidad. Ella y él son preciosos, y buenos y sinceros. Pero la droga hace la transición. Y ellos pasan a ser horribles, asquerosos, y ella pasa a ser una puta y él pasa a ser un presidiario; y la trinidad se consagra. Qué película de mierda. Sí -dijo Z- pi también es una porquería. Ahí me agarró el bajón y me puse a llorar, a sentir la náusea de siempre. Apoyé mi cabeza en el regazo de Z y comencé a llorar. Z acarició mi cabeza mientras miraba al techo, en ruego. D- ...la santa trinidad: en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo L- Amén.

Braindead

Ayer vi, de vuelta, Braindead de Jackson. Citada por algunos como la pelicula más gore de la historia, yo sentí que lo más importante era su historia de amor. Él vive martirizado por su madre que le da amor maternal y, al mismo tiempo, lo subyuga a sus más profundos deseos de limpieza. Ella, española, es. Trabaja en el marginal mercadito de su familia y está enamorada de un repartidor rubio y musculoso y jugador de fútbol australiano. Cuando su abuela le tira las cartas, y le afirma que su hombre no es el repartidor sino un sujeto que vendrá con un símbolo raro, ella la mira fascinada, porque ella es. Acto seguido, y como ella es, maltrata seriamente a su enamorado hasta que se da cuenta, por medio del símbolo, que el tipo es su enamorado y entonces, todo el resto es amor. Según entiendo, el nudo de la película consiste en la lucha entre ella, española, y la madre de él. Hay que admitirlo, ninguna chica es tan valiente como Paquita y todas hubieran desistido ante lo estúpido de él y la fuerza incontrolable de su madre. Pero Paquita vió el símbolo y eso fue todo. Ojo! él también es. Y le pide varias veces a Paquita que no lo joda más, que él tiene que cuidar a su madre, aunque esté muerta. Paquita le explica que para que todo funcione entre ellos no es suficiente con que madre muera: es él quien la tiene que matar. El final es perfecto. Amo a Paquita.